CON EL SUDOR DE SU FRENTE
Tiene 44 años como marchanta
Manuela Cleto tiene 76 años de edad y, de estos, 44 de su vida los ha dedicado a la venta de ‘tocino de cerdo’, longaniza y mondongo.
A Manuela Cleto casi nadie la conoce en los predios de Villa Consuelo, Don Bosco, Miraflores, Gazcue y otros sectores capitalinos en los que esta señora de 76 años recorre a pie cada sábado para llevar a sus clientas fijas y potenciales, una carga de 50 a 60 libras de tocino de cerdo, longanizas y mondongo seco. Pero si la llaman por “La Marchanta”, es seguro que alguien habrá de haberla visto en el trayecto.
Esta mujer tiene 44 años haciendo el mismo recorrido en sus 76 de vida. Comenzó a los 22 años, aun cuando el padre de sus seis hijos vivía y, a la fecha, con esa edad y una prole extensa de 29 nietos y cuatro bisnietos no hay quien le hable de dejar el oficio que dice le ha ganado muchas amigas, clientas fijas que por años aún la esperan para asegurar la co comida regular o de un día festivo.
Ahora, dice, es mucho más fácil para todos, puesto que las clientas no la aguardan con tanta prisa, hay más variedad y facilidad para comprar productos, y estas guardan las longanizas o el “mondongo seco”, (sin agua) o el tocino para cualquier día. Antes la esperaban por segundos para hacer la comida del día o la cena. Su método de negocio sigue siendo el mismo de aquel día que inició la venta de las viandas luego de un largo recorrido desde Villa Mella, donde reside. Deja las mercancías muchas veces “fiadas” los sábados y vuelve a hacer el mismo recorrido otro día de la semana para cobrar el dinero y volver al carnicero a pagar y a recibir más carnes. Se trata de un trabajo a consignación. un método muy empleado en los micronegocios para la sobrevivencia de muchos.
Hoy día viene en “guagua” y se queda en Villa Consuelo. Ahí comienza su trajín con su ponchera en la cabeza por la San Martín, San Juan Bosco, Barahona, Bartolomé Colón, Miraflores y baja hasta Gazcue. Este “ejercicio forzado” le ha dado beneficio, pues solo ha visto un médico por efectos de la “chinkungunya”, porque no ha enfermado nunca.
Su negocio comienza realmente los viernes. Va en busca de la carne de cerdo, o compra el animal y lo manda a matar y ella misma prepara los sazones, “eso sí todo natural” (ajo, orégano, naranja agria, sal).
Las longanizas, dice, las prepara con carnitas cortadas con machete en un tablón de madera “que no suelta serrín” , no molida, porque sus clientas así se lo han exigido.
Las tripas o vientre las compra y las prepara ella misma, pues desde muy temprano aprendió a eliminarle toda la grasa cuando ella manda a matar el cerdo.
Además del mondongo seco prepara el producto con el líquido, cuando alguien se lo pide, pero recomienda que sin agua no tiene menos grasa y es mejor para la salud. En sus inicios comenzaba el día desde las 5:00 a las 6:00 de la mañana y terminaba su jornal antes de las seis de la tarde.
Ahora, la mañana le sorprende a esta mujer y a partir de las 7:00 a.m. sale a buscar el vehículo de transporte público para marcar el trayecto del negocio visitando a cada una de sus clientas a las que lleva los encargos y vende a otras que atraídas por el olor de la carne recién sazonada o por recomendación de estas.
La libra de tocino la vende a RD$125 y la “vara” de longaniza a RD$100. Los mondongos secos tienen diversos precios pues dependen del tamaño y varían de RD$600 a RD$800, porque dice que “están completitos con patas y todo”. El caso de Manuela Cleto no dista mucho de las mujeres que han pasado a ser “jefas de familia” en América Latina y el Caribe. Sin embargo, la poca instrucción de escolaridad no ha sido óbice para su desarrollo pues contando dinero no hay quien le engañe, asegura Cleto.
((La region
Las jefas de familias, muchas en la región
El número de hogares nucleares monoparentales (madre jefa de hogar, sin el padre como parte del hogar) es alrededor de un tercio de los hogares de 13 países de la región de América Latina, según datos de la Cepal. A ese marco de exclusión y pobreza no escapa República Dominicana, pues según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, en 2010 el porcentaje de la población dominicana regenteado por mujeres llegó al 35.7%. En América Latina, la pobreza afecta más a las mujeres por su menor participación en el mercado laboral yuna paga de salarios más bajos, de acuerdo al estudio Área de Reducción de Pobreza, ODM y Desarrollo Humano, del PNUD, sobre Pobreza y Familia: madres jefas de hogar y hogar biparentales, publicado en el blog Humanum.
En RD, la marchanta Manuela Cleto dice que no deja la venta de carne porque después los huesos “se le entumen” (se debilitan por falta de movimiento). Fue a la escuela, escribe su nombre, pero se le ha olvidado un poco, “pero en cuentas no me lleva nadie. Esa mente mía, yo le meto lápiz... tanto y tanto y ya”.
candida.acosta@listindiario.com