Usar las tecnologías para animar la vida sexual puede ser divertido, pero tiene sus consecuencias.
La nueva moda entre los jóvenes: ¡el Sextagram! Una práctica que consiste en enviarse una fotografía del cuerpo, para "alegrar" a la pareja o a un posible objetivo. Un fenómeno que no sólo afecta a adolescentes. Según un estudio llevado a cabo por la página web Casualdating, un tercio de los jóvenes de entre 15 y 30 años ya se habrían desnudado en el web… Estos nuevos y "divertidos" juegos que supuestamente deberían animar la vida sexual o la imagen, no son tan inocentes ni tan lúdicos. Exhibirse “naked” en la red, por MMS o en las redes sociales tiene sus consecuencias negativas.
Ser visto: ¿la adicción del siglo XXI?
“Vivimos en una época en la que es necesario mostrarse para existir”, afirma Gérard Bonnet, psicoanalista y director de la Escuela propedéutica de conocimiento del subconsciente. Antes, cada uno tenía su lugar en una sociedad más limitada, de tamaño humano… Hoy en día, cada uno de nosotros podemos ser reducidos a simples números (de identidad, seguridad social, tarjeta de crédito) y, por tanto, anónimos, buscamos constantemente maneras de destacar.
Para atraer la atención, “se apuesta por una ventana, la pantalla del ordenador o del teléfono, o de Internet, esperando hacer algo que le interese a alguien y llegar así a muchos otros” añade nuestro experto…
Y es ahí cuando se produce un fenómeno adquiere mayor importancia… el sexo, concretamente el cuerpo desnudo con una fuerte connotación “sexy”, desempeña uno de los papeles más atractivos. Es la imagen que más va a llamar la atención. Cuando alguien se muestra, ya sea enviando una foto del tatuaje que tiene en el trasero a su pareja durante una reunión, colgando en la red una foto de un piercing en el pezón o de sus nalgas o sus pechos (se pueden ver cuando tecleas en Google Sextagram), “seguro que se alcanzará el objetivo de impactar” añade Gérard Bonnet.
Intimidad y sexo “comercial”
Exhibir su intimidad para sentirse vivo tiene consecuencias. “Más allá del simple juego que puede parecer, estos nuevos métodos contribuyen a un sistema de explotación más amplio: el del consumo”, advierte Gérard Bonnet. En un marco erótico donde se trivializan las imágenes “excitantes”, se estimula el y la necesidad de consumir de nuevo, corriendo el peligro de destruir la barrera que separa la vida íntima y la pública, y acabar convirtiendo el propio cuerpo en un objeto de consumo.
Divertido... ¡con condiciones!
Entre las parejas o los amantes, es posible sacar provecho de las nuevas tecnologías para "animar" la vida sexual y añadir un poco de picante a esos días rutinarios y estresantes. Puede ser divertido jugar a ser la Pin Up de Playboy y enviar una foto de tu escote generoso, un tobillo tatuado con un mensaje picante... No se trata de exhibirse ante millones de personas, sino de excitar a tu pareja. De persona a persona, todo está permitido... Aunque más vale que establezcáis límites de antemano: una ruptura puede tener consecuencias... ¡Tu intimidad puede salir a la luz!
En todo caso, el cuerpo queda reducido a un objeto y la red nos atrapa sin reglas ni claves... Si bien como adultos, cada uno es libre de fijar sus propios límites en cuanto a su integridad, los adolescentes, deben estar informados por sus padres de los peligros de talpaginas es prácticas.
C. Maillard
Fuente: Yahoo