En el pasado tuvo un problema con las autoridades y ahora no podrá estar en la visita de los campeones de la NBA
a Barack Obama.
El jugador arrastra antecedentes penales desde hace un par de años y, a su vez, está sometido a una intensa medicación por un trastorno bipolar, por lo que su vida personal siempre se ha visto envuelta en escándalos y polémicas. Sin ir más lejos, West tuvo que trabajar en una cadena de tiendas de menaje del hogar durante el Lock-out para evitar la ruina.
La Policía encontró en casa del jugador una funda en la que se encontraban algunas armas, por lo que fue declarado culpable de un delito de portar armas, cuyo castigo fue el arresto domiciliario. Este delito es el que, según sus palabras, le impedirá entrar en la casa del presidente de los Estados Unidos.
"Tengo prohibido visitar la Casa Blanca, así que no voy a ir", dijo West tras la victoria de su equipo sobre los New Orleans Hornets. "Voy a volver a casa, a Washington, pero no tengo permitido visitar la Casa Blanca. Eso es lo que pasa cuando tomas malas decisiones en tu vida, que no puedes ir a la Casa Blanca", comentó el jugador a un periodista del Fort-Worth Star-Telegram.
"He estado allí unas 100 veces en mi vida", dijo West, que nació en Washington. "Vivo a la vuelta de la esquina, es una pena que el Presidente no quiera tener la oportunidad de conocerme. Yo soy el presidente de mi propia casa", indicó el base de los Mavericks.
Fuente: es.eurosport.yahoo.com
