"Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se glorié". Efesios 2:8-9
Si entendiéramos la gracia de Dios no viviríamos con tanto descontento, ya que solo creemos lo que estamos viendo, aunque podemos anhelar algo diferente, pero siempre dentro de los parámetros nuestros.
Nuestra mente es muy estrecha y convencional, entendiendo que nuestra vida es simplemente lo que nuestros padres vivieron y lo que nos enseñaron, y debemos de entender que nuestro conocimiento es limitado y lo que Dios ve y sabe nosotros no lo sabemos ni lo vemos.
No es fácil creer que hay un destino diferente para nosotros, que será posible que algún día vivamos en otra condición, que nuestra vida será completamente diferente a la de nuestros antepasados, y por más que estudiemos la Palabra, y miremos los testimonios de lo que Dios está haciendo en muchos hermanos, nuestra mente racional bloquea la gracia de Dios.
La gracia de Dios es un favor inmerecido, es un don, la cual ha sido dada para su pueblo y nos está llamando a disfrutar de ella, por lo que tenemos que creer que lo que antes no pasó, en este tiempo ha de suceder; Dios nos sorprenderá por medio de ella dándole la salvación a nuestra familia, rompiendo maldiciones, iniquidades heredadas, perdonándonos de todos nuestros pecados.
Nos llevará por otro camino muy diferente, mostrándonos que lo que antes era difícil ya no lo será, que lo que era imposible se hará. No pongamos límites para que alcances a disfrutar todas estas bendiciones porque Su gracia es gratuita pero sólo se mueve mediante la fe.
Si entendiéramos la gracia de Dios no viviríamos con tanto descontento, ya que solo creemos lo que estamos viendo, aunque podemos anhelar algo diferente, pero siempre dentro de los parámetros nuestros.
Nuestra mente es muy estrecha y convencional, entendiendo que nuestra vida es simplemente lo que nuestros padres vivieron y lo que nos enseñaron, y debemos de entender que nuestro conocimiento es limitado y lo que Dios ve y sabe nosotros no lo sabemos ni lo vemos.
No es fácil creer que hay un destino diferente para nosotros, que será posible que algún día vivamos en otra condición, que nuestra vida será completamente diferente a la de nuestros antepasados, y por más que estudiemos la Palabra, y miremos los testimonios de lo que Dios está haciendo en muchos hermanos, nuestra mente racional bloquea la gracia de Dios.
La gracia de Dios es un favor inmerecido, es un don, la cual ha sido dada para su pueblo y nos está llamando a disfrutar de ella, por lo que tenemos que creer que lo que antes no pasó, en este tiempo ha de suceder; Dios nos sorprenderá por medio de ella dándole la salvación a nuestra familia, rompiendo maldiciones, iniquidades heredadas, perdonándonos de todos nuestros pecados.
Nos llevará por otro camino muy diferente, mostrándonos que lo que antes era difícil ya no lo será, que lo que era imposible se hará. No pongamos límites para que alcances a disfrutar todas estas bendiciones porque Su gracia es gratuita pero sólo se mueve mediante la fe.
Por: Pastora Montserrat Bogaert
Colaboración: Israel Acevedo