NUEVA YORK.- Hay millones de personas afectados por la depresión mundialmente. Es una condición que aumenta de manera desproporcionada y que afecta cada vez más al mundo moderno.
A pesar de los avances tecnológicos y los cambios sociales que se han desarrollados con ánimo de mejorar nuestra calidad de vida la depresión es una sombra al acecho y lista para atacarnos a todos y cada uno de nosotros. Nadie es invencible e inmune a su amenaza. No importa el dinero, apellido fama o apariencia física. Me ha fascinado el interés que en los últimos años se le ha dedicado al diagnostico y tratamiento de esta incapacitante enfermedad y aquí les describo algunos de los síntomas y signos que pueden ser parte solitario o en conjunto de la enfermedad depresiva.
Tal vez el concepto más importante es entender que la depresión no se trata de tristeza y aunque el sentirse triste es un sentimiento cardinal de la depresión todos y cada uno de nosotros normalmente nos vamos a sentir triste en algún momento. O sea que además de la tristeza hay otros elementos importantes de la depresión: la perdida de interés o placer por cosas que antes nos divertían y atraían, trastornos del sueño ya sea insomnio o por el contrario dormir exageradamente, trastornos de la memoria, dificultad para concentrarnos o muy frecuentemente para tomar decisiones.
El sentirnos ansiosos o sentirnos continuamente fatigados y carente de energía para hacer tareas que anteriormente disfrutábamos. Bastante común y popularmente conocido es el trastorno del peso ya sea con aumento o pérdida de peso y con cambio concomitante en el apetito (o tendemos a comer poco o demasiado), y muy importante un sentimiento miserable de sentirnos insignificantes, de que no valemos nada o peor aún, un sentimiento profundo de culpa.
En su etapa más grave y avanzada ya aparecen los pensamientos suicidas que requieren atención Psiquiátrica urgente y hasta donde nunca llegaríamos terminar antes de haber recibido consejería profesional.
Lo más importante es recordar que no estamos solos en esta lucha y la decisión de buscar ayuda no solamente es una decisión sabia y valiente sino que nos puede salvar la vida además de que nos va a encaminar por una ruta de esperanza, de mejor calidad de vida y nos devolverá el sentimiento de amor por uno de los privilegios más preciado de este mundo: la vida misma.
Fuente: www.zabalaaldia.com