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Una actividad diaria y frecuente como lavarse los dientes, puede generar algunos problemas si no se hace con precaución y teniendo en cuenta algunas claves. No cometas los siguientes errores, ¡y sonríe!
1. No pasas el tiempo necesario cepillándolos. Puede que los cepilles por poco tiempo, y no te des cuenta. Muchos dentistas recomiendan hacerlo por dos o tres minutos, señala el protesista dental Michael Lenchner. La próxima vez que los laves, checa tu reloj previamente, o mejor, lleva un timer a tu baño, y configúralo por dos a tres minutos. También podrías usar un dentífrico eléctrico con un timer de dos minutos, recomienda el especialista mencionado, en el sitio del Doctor Oz.
En cuanto a la frecuencia, lo recomendable es dos veces al día, pero “tres veces es lo mejor”, según dice el odontólogo Michael Sesemann en el sitio WebMD. Tampoco te excedas, ya que podrías desgastar el esmalte dental y dañar tus encías.
2. No te fijas en lo que haces. Puede que no estés prestando atención, y, en consecuencia, cometas errores a la hora de cepillarte, como no limpiar bien la zona de la línea de las encías, que es la parte más importante (allí se acumulan la placa y las bacterias, que causan inflamación e incluso infección). Échale un vistazo a las muelas de atrás, ya que si la cabeza de tu cepillo toca tus mejillas antes de llegar a ellas, puede que las pases de largo. Además, mirando esa zona puede que identifiques lesiones, bruxismos y otras afecciones bucales.
3. No tienes la técnica adecuada. El esmalte dental está compuesto de varillas vidriosas que se extienden por la superficie de los dientes. Cuando te cepillas de un lado al otro, estas varillas pueden romperse, produciéndote quiebres y debilitamiento dental. Lenchner recomienda sostener el cepillo de modo que las cerdas estén a un ángulo de 45 grados con respecto a la superficie de los dientes, y cepillar en pequeños círculos. Enfócate en un par de dientes a la vez, y luego muévete al siguiente par, deslizándote de un lado al otro y desde arriba hacia abajo, adelante y detrás. En las partes inferiores de las muelas, puedes cepillarte en líneas rectas. Luego de completar los círculos, barre desde la encía para despejar la placa y la bacteria suelta.
4. Te cepillas con demasiada fuerza. Si ejerces demasiada presión contra tus dientes, con el tiempo el esmalte puede quebrarse. Además, esto podría ser perjudicial para las encías sensibles.
5. Usas el cepillo o el dentífrico incorrectos. Compra cepillos suaves o ultrasuaves para minimizar el daño, apunta Lenchner. De todas formas, no olvides que hasta los cepillos de cerdas blandas pueden causar abrasiones si se usan incorrectamente. Además, deberías reemplazarlo cada tres meses, sobre todo si las cerdas se ven desgastadas y dobladas.
En cuanto al dentífrico, aquellos que anuncian abrillantar tu sonrisa o controlar el sarro, pueden ser algo fuertes: “Un aumento en las partículas blanqueadoras puede ser dañino y lijar la superficie de los dientes”, o olvides que hasta los cepillosr tus dientes o controlar el sarro, pueden ser algo fuertes: “ no olvides que hasta los cepillosadadadvierte Sesemann en WebMD. ¿Qué tipo de pasta usar? La fluorada común, recomienda. Si quieres darle brillo a tu dentadura, intercala el uso de esta con la blanqueadora.
Ante cualquier duda, recuerda consultar a tu odontólogo de confianza.
Fuente: Yahoo
1. No pasas el tiempo necesario cepillándolos. Puede que los cepilles por poco tiempo, y no te des cuenta. Muchos dentistas recomiendan hacerlo por dos o tres minutos, señala el protesista dental Michael Lenchner. La próxima vez que los laves, checa tu reloj previamente, o mejor, lleva un timer a tu baño, y configúralo por dos a tres minutos. También podrías usar un dentífrico eléctrico con un timer de dos minutos, recomienda el especialista mencionado, en el sitio del Doctor Oz.
En cuanto a la frecuencia, lo recomendable es dos veces al día, pero “tres veces es lo mejor”, según dice el odontólogo Michael Sesemann en el sitio WebMD. Tampoco te excedas, ya que podrías desgastar el esmalte dental y dañar tus encías.
2. No te fijas en lo que haces. Puede que no estés prestando atención, y, en consecuencia, cometas errores a la hora de cepillarte, como no limpiar bien la zona de la línea de las encías, que es la parte más importante (allí se acumulan la placa y las bacterias, que causan inflamación e incluso infección). Échale un vistazo a las muelas de atrás, ya que si la cabeza de tu cepillo toca tus mejillas antes de llegar a ellas, puede que las pases de largo. Además, mirando esa zona puede que identifiques lesiones, bruxismos y otras afecciones bucales.
3. No tienes la técnica adecuada. El esmalte dental está compuesto de varillas vidriosas que se extienden por la superficie de los dientes. Cuando te cepillas de un lado al otro, estas varillas pueden romperse, produciéndote quiebres y debilitamiento dental. Lenchner recomienda sostener el cepillo de modo que las cerdas estén a un ángulo de 45 grados con respecto a la superficie de los dientes, y cepillar en pequeños círculos. Enfócate en un par de dientes a la vez, y luego muévete al siguiente par, deslizándote de un lado al otro y desde arriba hacia abajo, adelante y detrás. En las partes inferiores de las muelas, puedes cepillarte en líneas rectas. Luego de completar los círculos, barre desde la encía para despejar la placa y la bacteria suelta.
4. Te cepillas con demasiada fuerza. Si ejerces demasiada presión contra tus dientes, con el tiempo el esmalte puede quebrarse. Además, esto podría ser perjudicial para las encías sensibles.
5. Usas el cepillo o el dentífrico incorrectos. Compra cepillos suaves o ultrasuaves para minimizar el daño, apunta Lenchner. De todas formas, no olvides que hasta los cepillos de cerdas blandas pueden causar abrasiones si se usan incorrectamente. Además, deberías reemplazarlo cada tres meses, sobre todo si las cerdas se ven desgastadas y dobladas.
En cuanto al dentífrico, aquellos que anuncian abrillantar tu sonrisa o controlar el sarro, pueden ser algo fuertes: “Un aumento en las partículas blanqueadoras puede ser dañino y lijar la superficie de los dientes”, o olvides que hasta los cepillosr tus dientes o controlar el sarro, pueden ser algo fuertes: “ no olvides que hasta los cepillosadadadvierte Sesemann en WebMD. ¿Qué tipo de pasta usar? La fluorada común, recomienda. Si quieres darle brillo a tu dentadura, intercala el uso de esta con la blanqueadora.
Ante cualquier duda, recuerda consultar a tu odontólogo de confianza.
Fuente: Yahoo