Firmó con el Licey, pero no jugó por la revuelta de abril del ‘65
Por Diario Libre.- “Yo pensaba que ese lugar era para profesionales, creí que por no tener un título no me iban aceptar”, manifestó Diógenes -Niño- Belliard, sobre su entrada al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en el 2005, en béisbol amateur.
Belliard, de 73 años, confesó que su amor hacia este deporte lo siente correr por sus venas, desde que vio la luz por primera vez en su nativo Marmolejos, Puerto Plata.
Relató que cuando fue exaltado a la inmortalidad, sus edecanes fueron dos de sus hijos, Ronnie y Julio César, y sintió una gran emoción al recibir esta distinción.
Después de su retiro del béisbol amateur en 1974, Belliard trabaja en el Estadio de Mercasid como encargado de mantenimiento, desde el seis de febrero de 1966.
“Yo soy feliz, tengo 49 años viviendo de este trabajo. En Cristo Rey, donde vivo, dedico mi tiempo libre a jugar dominó, billar y softbol”.
Señaló que en una parte de su vida para poder sobrevivir era limpiabotas, y vendía palitos. Cuando no tenía que comer se dirigía a Villa Consuelo a esperar que botaran desperdicios de caña y china. “Yo la pasé todas aquí en la Capital pero hoy vivo como un príncipe”.
Su rol de padre
Explicó que desde que su hijo Ronnie nació, siempre tuvo afinidad por el béisbol. El le decía “Papi pelota” desde que era un bebé.
“Cuando lo firmaron, se me salieron las lágrimas, creí que era yo. La pelota él la lleva en la sangre. Traté de comprarle todo lo que me pedía para practicar, mi padre no podía comprarme nada. Mi primer guante me lo regaló Tutín Beras Goico”.
Carrera de aficionado
En la pelota amateur germinó con el conjunto de la Policía Nacional en 1963.
Perteneció a la selección nacional de béisbol de 1965 y 1972.
En 1966 formó parte del equipo que accionó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Puerto Rico, y en la versión siguiente, en Panamá 1970, fue parte del elenco que ganó medalla de plata para el país.