14 mayo 2014

Cómo la infidelidad de los padres devasta a los hijos

La infidelidad es algo muy común en la sociedad moderna. El experto inglés Kate Figes se pasó tres año hablando con esposos infieles, psicólogos y consejeros matrimoniales, para escribir un libro sobre el efecto devastador y duradero que puede tener la infidelidad sobre el futuro de los hijos.

Los padres hoy parecen estar muy en sintonía con lo que necesitan sus hijos. Los mandan a los mejores colegios que pueden, les dan los mejores alimentos, los hacen descansar, les ofrecen los mejores juguetes educativos, deportes, música y actividades después de la escuela.

Sin embargo, demasiado a menudo, los padres no proporcionan lo que sus hijos más necesitan: una relación constructiva, cariñosa y amorosa entre los dos únicos padres que un niño puede tener.

Figes afirma que la infidelidad entre los padres siempre es percibida por los hijos, y más allá de la edad del niño con un padre o una madre infiel, el dolor emocional sufrido les dejará heridas que seguramente nunca cicatrizarán.

“Hay algo muy malo en la sociedad cuando ponemos nuestros derechos a ’vivir nuestra vida’ y a la libertad sexual por encima de las necesidades de nuestros hijos. Conciente o inconcientemente, estamos dañando gravemente a nuestros hijos cuando traicionamos a su papá o a su mamá.”

Jean Duncombe, una socióloga que ha llevado a cabo una amplia investigación sobre el tema, dice: “Yo soy puritana en cuanto a los consejos, cuando alguien me dice que están teniendo una aventura. Porque he investigado el efecto que tiene sobre los niños la separación de los padres”.

“Si la gente me dice que los niños no saben, les digo: ’¿Está seguro? Piensa en lo que les estás haciendo a los niños.”

“Los padres que cometen una infidelidad no solo le están mintiendo a su pareja, sino que se engañan a sí mismos sobre el impacto que su infidelidad puede tener en sus hijos.”

“Muchos adúlteros afirman que sus hijos no saben que están teniendo un romance secreto, pero el niño de una u otra manera sentirá la confusión emocional que genera la infidelidad en el seno de la familia.”

“Los niños son demasiado jóvenes para entender lo que está pasando”, razonan. “En cualquier caso, no se refiere a ellos. Y los niños son resistentes.”

Toda la evidencia apunta a lo contrario. La gente no sólo traiciona a sus parejas cuando rompen la vida familiar con un asunto serio. La triste verdad es que los niños crecen creyendo que sus padres les han sido infieles a ellos también.

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