24 abril 2013

En Villa Consuelo trabaja desde que era adolescente y se mantiene con el sudor de su frente

"Un Luchador"

Santo Domingo.- José Luis Ramos conoció el valor del trabajo con apenas 14 años, cuando las circunstancias de precariedad que enfrentaba su familia lo impulsaron a buscar su propio sustento.

Cuenta que es uno de los dos varones de una familia de nueve hijos y sentía que sus padres le proveían más a su hermano que a él, por lo que sintió la inquietud de trabajar para comprar lo que deseaba, y siendo aún un niño comenzó a laborar en Repuestos Ovando.

“Empecé haciendo “mandados”, porque no sabía hacer nada más, pero fui aprendiendo mecánica y ya llevo 25 años en esto”, relata Ramos.

Ahora trabaja de manera independiente, pero no ha abandonado el espacio donde aprendió el oficio con el que se gana la vida. Cada día se coloca frente a la sucursal de Repuestos Ovando, de Villa Consuelo, para instalar las piezas que los clientes compran en el establecimiento.

Aunque no tiene la precisión de cuánto puede facturar al mes, asegura que no hace menos de RD$500 diarios y en promedio se gana RD$1,000 por día, con lo que provee lo necesario a sus esposa y sus dos hijos de 19 y 12 años.

Cada día José Luis Ramos se coloca frente a la sucursal de Repuestos Ovando, de Villa Consuelo, para instalar las piezas que los clientes compran en el establecimiento.

Dice que los ingresos de la mecánica le alcanzan precariamente para vivir porque gasta alrededor de RD$150 al día de combustible para desplazarse desde San Cristóbal, donde reside junto a su familia. “Es difícil saber cuánto gano al mes porque gasto diario, según voy consiguiendo, pero pago los servicios de mi casa, el colegio del niño y dejo un diario en mi casa”, explica.

La mayor de sus hijas es estudiante universitaria, y aunque demanda ayuda económica, Ramos asegura que es muy hábil para las chiripas y se costea una gran parte de sus gastos.

José Luis Ramos es uno de los tantos casos de dominicanos que se han iniciado a muy temprana edad en el mercado laboral, han aprendido un oficio de manera empírica con el que han logrado levantar a su familia y garantizarles a sus hijos mejor educación de la que sus padres le pudieron ofrecer a él, con el esfuerzo propio y el sentido de la dignidad que solo el trabajo constante puede otorgar.


Fuente: listindiario.com.do