28 febrero 2013

Los planes para ordenar la Av. Duarte no son sostenibles

La inconsistencia afecta proyectos para ordenar la Avenida Duarte y sus alrededores

Santo Domingo.- Ninguna autoridad municipal desarrolló, al menos en las últimas tres décadas, un plan para enfrentar de manera definitiva la arrabalización a lo largo de la avenida Duarte, la vía comercial más importante del Distrito Nacional para los sectores de bajos ingresos. Las intervenciones programadas hasta la fecha para limpiar y ordenar esa arteria son muy puntuales y no han sido sostenibles en el tiempo.

La acción más recurrente de las gestiones municipales de los últimos 30 años ha sido utilizar la fuerza para desalojar a los buhoneros, que vuelven a ocupar el espacio público en esta arteria comercial y sus calles adyacentes. También se han construido plazas y se han instalado casetas. Pero estos espacios resultan insuficientes e inadecuados para la actividad comercial de los vendedores ambulantes, quienes, además, no son los únicos responsables del caos que reina en la vía.

La actual gestión municipal que encabeza Roberto Salcedo desde 2002 se ha tomado alrededor de 10 años tratando de implementar un plan piloto en el perímetro de la Duarte que cubre el espacio con mayor actividad comercial. Se trata del circuito que se extiende de norte a sur, desde la avenida 27 de Febrero a la Ramón Matías Mella, y de este a oeste, desde la calle José Martí a la Jacinto de la Concha.

En agosto de 2008 concluyó una etapa del llamado Paseo Comercial Duarte, un plan diseñado en el período 2003-2004 por la firma de arquitectos “GMR, Oficina de la Ciudad”. Los diseñadores del proyecto, Omar Rancier, Pablo Morel y Luis Guzmán partieron del concepto de que “una arquitectura digna siempre supone al ser humano mejor de lo que es en realidad”. La idea era trabajar desde la avenida Mella hasta la calle París, en principio. Después, se extendió hasta la 27 de Febrero. Es lo que establece el diseño de la obra, modificado en la etapa de ejecución.

El primer paso consistió en eliminar los letreros que iban de un lado a otro de la vía y ocupaban gran parte del espacio público. Un estilo de publicidad desorganizado al cual los urbanistas y ambientalistas llaman “agresión o contaminación visual”.

En coordinación con el Ministerio de Obras Públicas, la Alcaldía del Distrito Nacional instaló –sólo en el espacio intervenido– un sistema de iluminación con cables soterrados, amplió el paso peatonal y colocó un módulo para los buhoneros. También implementó el paseo de la música y la lectura, y remodeló dos plazas para asentar vendedores ambulantes.

El Plan incluyó la estructuración del Barrio Chino, y el parque Enriquillo fue arborizado.


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