Francisco Henríquez y Carvajal (1859-1935). Médico, abogado, escritor, pedagogo y político.
Nació el 14 de enero en Santo Domingo. Hijo de Noel Henríquez, de origen sefardí, y Clotilde Carvajal. Su preparación académica estuvo relacionada con importantes figuras del ámbito intelectual como el educador puertorriqueño Ramón Baldorioti de Castro. Más tarde, bajo la orientación de Félix María Del Monte estudió Derecho Romano orientado y de Eugenio María de Hostos, Derecho Constitucional.
Realizó también estudios de Filosofía en el Seminario Conciliar de Santo Tomás en Santo Domingo. A los 26 años se graduó en el Instituto Profesional de licenciado en Derecho y diplomado como Maestro Normal. También se recibió como licenciado en Medicina y Cirugía. Vivió en París desde 1887 hasta 1891 y obtuvo el doctorado en Medicina en la Universidad de París.
De regreso al país, ejerció como médico y más tarde se dedicó al magisterio. Durante seis años fue profesor en la Escuela Normal fundada por Hostos y en el Instituto de Señoritas que dirigía su esposa, Salomé Ureña de Henríquez. También se dedicó al periodismo y fue director del periódico El Maestro. Entró en contradicción con la dictadura del general Ulises Heureaux (Lilís) y se fue a vivir durante cinco años a Cabo Haitiano donde hizo amistad con Juan Isidro Jiménez. Regresaron juntos al país tras la muerte de Heureaux. Jiménez fue designado presidente de la República y lo nombró ministro de Relaciones Exteriores.
En 1901 viajó a los Estados Unidos como comisionado por el Gobierno. En abril de 1902 fue derrocado Jiménez y se fue a vivir a Cuba donde trabajó como médico al revalidar el título de doctor en Medicina. En 1903 finalizó el gobierno provisional de Horacio Vásquez y regresó al país para salir de nuevo, siete meses más tarde. En 1907 fue delegado ante la II Conferencia de Paz, en La Haya a petición del presidente Ramón Cáceres y en 1911 fue designado Ministro Plenipotenciario en Haití, a raíz de las diferencias fronterizas domínico-haitianas. Permaneció en esa nación el tiempo necesario para la concertación de un acuerdo y regresó a Santiago de Cuba, donde residía.
Juan Isidro Jiménez fue de nuevo presidente de la república y fue designado a participar en una misión diplomática en Washington junto al Lic. Jacinto B. Peynado y a Federico Velásquez. En abril de 1916 fue a Buenos Aires como delegado dominicano a la Conferencia de la Alta Comisión Financiera Panamericana. Es en esa ciudad donde le llega la noticia del primer desembarco de tropas norteamericanas en su país. Salió inmediatamente hacia los Estados Unidos y, presentándose en el Departamento de Estado protestó contra la ocupación. Luego, regresó a Cuba y allí recibió un telegrama informándole que, frente a la crisis gubernamental, había sido designado a unanimidad por las cámaras, Presidente de la República, solicitándosele su inmediato regreso a la patria. Regresó para ocupar la presidencia el 31 de julio de 1916.
Las tropas norteamericanas y los agentes intervencionistas impidieron, sin embargo, el normal funcionamiento del nuevo gobierno. Tras una serie de dificultades que Henríquez y Carvajal resistió dignamente, y frente a la resistencia oficial y popular contra las pretensiones norteamericanas, finalmente y por orden del presidente Woodrow Wilson, el país fue puesto oficialmente el 29 de noviembre en estado de ocupación, y sometido al ejercicio de la ley militar de las tropas invasoras.
Tras su derrocamiento, salió del país el 8 de diciembre e inició un peregrinaje de protesta contra la intervención en el mismo territorio norteamericano. Este intenso peregrinaje lo llevó a Cuba, Francia, a República Dominicana, por breve tiempo en 1921, y Estados Unidos. Durante el gobierno de Rafael L. Trujillo fue designado Ministro Plenipotenciario en Francia y más tarde en Cuba, país donde murió.
Fuente: EC