Los días no laborables, movidos al final o inicio de una semana para hacer una conveniente pausa en la vida laboral, se han hecho comunes en el país y la mayoría de la gente le saca el mayor beneficio.
Visitar playas, resort, desplazarse a otros pueblos a visitar familiares, o simplemente quedarse en la tranquilidad de sus hogares, son algunas de las acciones de los dominicanos en esos días.
Las calles y avenidas de la capital lucen desoladas, libres de los incomodos entaponamientos, que son el pan de cada día.
Rosa Jiménez y Luis Díaz, cuentan que para ellos son de gran alivio, ya que sus trabajos no les permiten tener mucho tiempo para disfrutar en familia, por lo que aprovechan esas pequeñas vacaciones para disfrutar con sus hijos, y en algunas ocasiones, viajan a su pueblo de origen a pasar a sus seres queridos.
Asimismo, Berenice Ferreras, cuenta que esos altos en su rutina de trabajo, también se desplaza hacia su provincia a pasarlo con sus padres y demás familiares.
“Para los que trabajamos los sábados, resulta muy conveniente, yo vivo en Santo Domingo y mis padres en Neiba y cada vez que se presenta uno, es una oportunidad para ir a pasarlo con ellos”, dijo.
Al igual que ellos, cientos de personas toman carreteras para disfrutar esos dos o tres días de pausa en la tierra que los vio nacer.
Sin embargo, no para todos resultan ventajosos, para algunos esos festivos trabajan de manera habitual.
Johan Martínez, empleado de una de las cadenas de tiendas más grandes del país, expreso que para él no existen tales fines de semanas, ya que debe acudir a sus labores de manera habitual y que muchas veces, esos son los de más afán.
Mientras que otros se quejan por lo contrario.
“A mí no me cuadran mucho porque hay poca gente en las calles, a veces es más el combustible que gasto, que lo que gano cuando doy una vuelta, el pasaje se pone muy lento y de esto es que yo vivo, por eso no me convienen”, manifestó Luis Ramón Morillo, chofer de carro público.
Aunque para para algunos resulte desventajoso, los fines de semanas largos, son los más esperados por la mayoría de los dominicanos, de tal modo que las personas los ubica y hacen planes con largo tiempo de anticipación.
Escrito por Marlenys Ferreras
Fuentes: www.mipais.com.do / www.clickdemipais.com
Rosa Jiménez y Luis Díaz, cuentan que para ellos son de gran alivio, ya que sus trabajos no les permiten tener mucho tiempo para disfrutar en familia, por lo que aprovechan esas pequeñas vacaciones para disfrutar con sus hijos, y en algunas ocasiones, viajan a su pueblo de origen a pasar a sus seres queridos.
Asimismo, Berenice Ferreras, cuenta que esos altos en su rutina de trabajo, también se desplaza hacia su provincia a pasarlo con sus padres y demás familiares.
“Para los que trabajamos los sábados, resulta muy conveniente, yo vivo en Santo Domingo y mis padres en Neiba y cada vez que se presenta uno, es una oportunidad para ir a pasarlo con ellos”, dijo.
Al igual que ellos, cientos de personas toman carreteras para disfrutar esos dos o tres días de pausa en la tierra que los vio nacer.
Sin embargo, no para todos resultan ventajosos, para algunos esos festivos trabajan de manera habitual.
Johan Martínez, empleado de una de las cadenas de tiendas más grandes del país, expreso que para él no existen tales fines de semanas, ya que debe acudir a sus labores de manera habitual y que muchas veces, esos son los de más afán.
Mientras que otros se quejan por lo contrario.
“A mí no me cuadran mucho porque hay poca gente en las calles, a veces es más el combustible que gasto, que lo que gano cuando doy una vuelta, el pasaje se pone muy lento y de esto es que yo vivo, por eso no me convienen”, manifestó Luis Ramón Morillo, chofer de carro público.
Aunque para para algunos resulte desventajoso, los fines de semanas largos, son los más esperados por la mayoría de los dominicanos, de tal modo que las personas los ubica y hacen planes con largo tiempo de anticipación.
Escrito por Marlenys Ferreras
Fuentes: www.mipais.com.do / www.clickdemipais.com
