Hace un par de semanas el país estuvo saturado de eventos en contra de la “violencia de género”. Los políticos hicieron su agosto con el tema y hasta prometieron que si alcanzan el poder tomarán medidas para reducir los asesinatos de mujeres. Pura palabrería, porque no se trata de un problema sociológicamente localizable. En cada caso, se desarrolla de la puerta hacia adentro.
No es como pedir que se derogue una ley o se cree otra. Aparte de controles preventivos, no hay gobierno ni estamento jurídico que sea capaz de controlar algo que pertenece a nuestra mediocre educación. Cuestión eminentemente cultural: La
entronización del machismo es ancestral y el hombre no soporta que su mujer, aunque ya no lo sea, pueda hacer pareja con otro.
El cancionero popular tiene su cuota de culpa: El preso No. 9, al confesarse antes de ahorcarlo, dijo: “La maté, sí, y si vuelve a nacer, la vuelvo a matar”. Sarita Montiel cantaba: “Si me pega me da igual, es natural, que me tenga siempre así, porque así le quiero”. Las mujeres de la sierra ecuatoriana cantan: “Aunque mate y pegue, marido es, pues”.
Creo que la mujer tiene mucha culpa de que los hombres las asesinen, ¡porque aceptan el primer pescozón, el segundo y el tercero, y no rompen la relación! Se evitarían muchas muertes si, inmediatamente un hombre usa la violencia, ella decide la separación, no importa lo que cueste, porque nada vale más que la vida.
Tras ello, una denuncia formal ante Fiscalía y, desde luego, la autoridad tiene que poner atención para evitar la consumación del asesinato, que a veces incluye a hijos, lo cual evidencia, sin dudas, que gran parte de los hombres piensan con los testículos.
Los padres deben instruir a sus hijas. Las iglesias, los pastores y curas, tienen que orientar a las mujeres desde los púlpitos, instándoles a no aceptar más de una agresión de sus maridos. Eduquemos todos, porque contando con el deficiente sistema educativo dominicano, la prensa seguirá llena de sangre femenina por largo tiempo.
El cancionero popular tiene su cuota de culpa: El preso No. 9, al confesarse antes de ahorcarlo, dijo: “La maté, sí, y si vuelve a nacer, la vuelvo a matar”. Sarita Montiel cantaba: “Si me pega me da igual, es natural, que me tenga siempre así, porque así le quiero”. Las mujeres de la sierra ecuatoriana cantan: “Aunque mate y pegue, marido es, pues”.
Creo que la mujer tiene mucha culpa de que los hombres las asesinen, ¡porque aceptan el primer pescozón, el segundo y el tercero, y no rompen la relación! Se evitarían muchas muertes si, inmediatamente un hombre usa la violencia, ella decide la separación, no importa lo que cueste, porque nada vale más que la vida.
Tras ello, una denuncia formal ante Fiscalía y, desde luego, la autoridad tiene que poner atención para evitar la consumación del asesinato, que a veces incluye a hijos, lo cual evidencia, sin dudas, que gran parte de los hombres piensan con los testículos.
Los padres deben instruir a sus hijas. Las iglesias, los pastores y curas, tienen que orientar a las mujeres desde los púlpitos, instándoles a no aceptar más de una agresión de sus maridos. Eduquemos todos, porque contando con el deficiente sistema educativo dominicano, la prensa seguirá llena de sangre femenina por largo tiempo.