República Dominicana.- Dependiendo de la óptica, experiencias y costumbres de cada quien, como sucede desde tiempos lejanos, nos aprestamos a celebrar en el mes de diciembre dos fechas emblemáticas en el mundo católico, como son la fecha del nacimiento del hijo de Dios –Niño Jesús– y el nacimiento de un año nuevo. Estas fechas decembrinas casi siempre causan diversas reacciones en la vida de cada uno de los seres humanos, sea que tengamos por costumbre celebrarla o no.
En estos días, generalmente nos arropa el espíritu navideño, trayendo alegrías y tristezas llenas de melancolía, dependiendo del estado de ánimo y/o situaciones en las que nos encontremos inmersos.
Diciembre, para los más jóvenes, es sinónimo de alegrías y vacaciones, quienes se ilusionan con los regalos del niño Jesús. Para nosotros los adultos, es la oportunidad de celebrar y rememorar todo lo bueno de los tiempos pasados y disfrutar como un tributo a las cosas buenas que hemos conseguido, de acuerdo a la forma como hemos vivido, especialmente en el hogar, junto a la familia; trayéndonos la oportunidad de luchar por un futuro mejor, pidiendo con ilusión para que la vida nos pueda reparar lo que soñamos y por lo que tanto nos hemos esforzado.
Nuestros familiares mayores también disfrutan junto al calor y el cariño de la familia, aunque a veces son los más vulnerables, porque en ellos afloran sentimientos encontrados por estar en el ocaso de su vida, a quienes sostiene el recuerdo de una vida bien vivida y en la mayoría de los casos solo cuentan con la gratificación del cariño y el amor de la familia y a los que debemos prestar especial atención en estas fechas especiales.
Estas celebraciones, debido al espíritu de paz que de ellas emanan, sirve de reencuentro a las familias y amigos más cercanos, que en ocasiones y por distintas causas se encuentran separadas, aprovechándose la oportunidad para subsanar disgustos y limar asperezas acontecidas durante el año entre los mismos.
Estas fechas siempre nos traen hondas reflexiones, especialmente cuando vemos y sufrimos la situación caótica, política y social en la que vivimos en nuestro país, sufriendo el atropello de políticos que abusan del poder y de los recursos del Estado, donde se vulneran nuestros derechos más elementales, violando la Carta Magna y los principios sagrados de los derechos humanos y se nos niega el derecho a la libertad de expresar nuestras ideas, coartados por el temor a ser encarcelados o en su mejor caso aislados y maltratados.
“El espíritu navideño no es algo que nos puedan arrebatar: ni los sinsabores ni las desilusiones, ni los problemas del país, por muy duro que nos estén afectando, ni siquiera las enfermedades etc. Ya que este es un sentimiento intimo que todos llevamos con nosotros y aflora en estas fechas. Por eso, el llamado es a todos los seres humanos, especialmente a los Dominicanos, para que por encima de todas las circunstancias, por muy adversas y duras que estas sean, no dejen de vivir ese gran sentimiento que todos llevamos por dentro y que aflora en NAVIDAD. Que no es otro que la ilusión, la solidaridad y la esperanza por la felicidad y la paz, en un país donde todos nos sintamos y vivamos mejor.
A PESAR DE TODOS LAS DIFICULTADES, ES MI DESEO QUE TODOS LOS LECTORES DE ESTA WEB, EN LA MEDIDA DE LAS POSIBILIDADES, TENGAN UNAS FELICES PASCUAS Y UN PROSPERO AÑO NUEVO”.
Fuente: www.municipiourdaneta.com