13 mayo 2014

Bandas de sicarios atemorizan la población con crímenes despiadados

Las actuaciones del sicariato aumentan cada vez más en la República Dominicana sembrando pánico en la población y alarmando a sectores empresariales, comerciales, a las iglesias e instituciones de la sociedad civil que temen que el problema se agrave, debido a la tímida respuesta de las autoridades.

Los asesinatos de Teresa Sing Germán y Zuleika Flores Guzmán, ambas con poco más de 30 años, han sido los que más estupor han provocado en los ciudadanos por las circunstancias similares que lo rodearon y porque presuntamente la primera fue víctima de la confusión de los sicarios.

Pero lo que más preocupación ha generado es que los sicarios, informados de que habrían asesinado a una persona que no era la señalada, en menos de tres semanas volvieron a actuar sin ninguna contemplación, matando de la misma forma a Flores Guzmán, que era la encomendada.

Aunque con el segundo crimen la Policía Nacional actuó con mayor celeridad apresando a los sicarios, a quienes los contrataron y a quien hizo y pagó por los asesinatos, la población no está tranquila y mucho menos conforme. 

La Policía Nacional quedó en que el crimen lo encomendó Sanhys Dotel Ramírez de 43 años porque se enteró que Zuleika mantenía una relación con su esposo Julio Cepeda Ureña, quien también está preso. Habría entregado 800 mil pesos a Francis Alexander Fermín González, quien contactó a Jesús Manuel Mendoza Benítez (El Patrón), el cual se encargó de contratar a Jo- hnny Sención Gómez (El Pay y/o El Camionero) y este a su vez a Amáuris Soriano (Nevado) y Luis Abel Mariano Pérez (Luisito), quienes habrían ejecutado el doble asesinato por RD$400 mil, es decir 200 mil por cada mujer. 

Otros Casos

En el último mes además se produjeron asesinatos que la Policía Nacional simplemente atribuyó a sicarios, como la muerte del abogado Amancio Herrera Turbí, de 51 años en Santiago, acribillado a tiros desde una motocicleta en una concurrida calle y a pleno día. 

También, el ataque a la joven Adalgisa Vanessa González González (Ada), de 33 años, en La Barquita de Sabana Perdida desde una yipeta en marcha cuando esta caminaba por la calle y delante de todo el mundo, así como el del empleado de Salud Pública Francisco Durán de Castro de 43 años, abatido a tiros en frente de un colegio en el ensanche Luperón de la capital. 

Además en Moca, en la comunidad conocida como La Soledad, fueron encontrados los cadáveres de dos jóvenes que eran de Villa Altagracia. Los cuerpos estaban esposados y presentaban múltiples disparos. 

En Moca también fue atacado a tiros el joven Winston Núñez (Mamole), el cual juega baloncesto superior. Los responsables fueron dos encapuchados que le dispararon cuando viajaba en una motocicleta. 

Todos estos casos son atribuidos a sicarios, aunque tienen causas diversas. No obstante demuestran la facilidad con la cual en el país se está recurriendo al sicariato para matar por cualquier razón. 

Sin embargo, frecuentemente se producen asesinatos y ataques a tiros a ciudadanos que son atribuidos a la delincuencia que se ha desbordado en el país, aunque se conocen que no le roban nada, pero tampoco concluyen las investigaciones. 

Autoridades reconocen el problema es alarmante 

Las autoridades reconocen el auge del sicariato en el país y peor aún, que los contratan- tes de los asesinos ya no solo provienen del narcotráfico y crimen organizado como se argumentaba. 

El Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, mostró preocupación por las actuaciones de los sicarios y el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, aunque admitió el avance del sicariato, solo se limitó a decir que están haciéndole frente. 

No obstante es un secreto a voces, como se dice popularmente, que las autoridades conocen quienes se dedican al sicariato en el país y les permiten actuar a sus anchas. 

Piden acciones contundentes contra el sicariato 

La Iglesia Católica, a través de un editorial en el periódico Camino, externó su preocupación por el irrespeto a la vida que se está teniendo en el país, caracterizado por el oficio de algunas personas de matar por pago. 

Mientras que el presidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia ha propuesto que se legisle para enfrentar la creciente industria del sicariato, que aseguró mantiene aterrorizada a la población.



Fuente: elquisqueyano