La obsesión de los niños por las pantallas cada vez nace más temprano. Videojuegos, celulares, computadores, televisores, tabletas y demás, son manipulados inclusive desde los dos años. Sin embargo, estas destrezas de las nuevas generaciones pueden tener efectos nocivos en el desarrollo cognitivo y ocasionar problemas físicos a largo plazo.
Según un estudio publicado en la revista médica británica Archives of Disease in Childhood y reproducido por la revista colombiana Semana.com, los niños británicos hoy en día permanecen en promedio seis horas frente al computador o al televisor mientras están en la casa. En Estados Unidos esta cifra aumenta dos horas más.
Esto quiere decir que a los 18 años una persona en el Reino Unido habrá pasado alrededor de tres años frente a una pantalla durante la etapa que se supone deber ser la más activa de la vida.
Aric Sigman, el autor del estudio y de un libro titulado Remotely Controlled. How televisión is damaging our lives (en español “Controlados remotamente: cómo la televisión no esta afectando la vida”), afirma que algunos de los riesgos físicos a largo plazo son obesidad y problemas cardiacos, causantes de millones de muertes cada año.
Se ha demostrado recientemente que el sedentarismo es una de las mayores causas de enfermedades como la diabetes y la artritis, por ende el causante de la mayoría de los decesos en los países desarrollados.
La lucha de los padres con los menores sobre este tema es cada día más dura de ganar, por eso, durante los primeros años es cuando resulta más importante establecer los límites.
Sigman sugiere no permitir el contacto con estos dispositivos antes de los tres años y procurar no excederlo más dos horas diarias que entre los 3 y los 16 años. Sin duda un gran reto para los jóvenes de hoy en día.
Sin embargo, esto mismo ha recomendado el Departamento de Salud de Estados Unidos y la Sociedad Pediátrica de Canadá, la cual recomendó a los padres de familia no poner televisor ni computador en el cuarto de los niños.
El desarrollo cerebral es fundamental especialmente en los primeros años de vida, cuando los niños aprenden a interactuar con sus padres y establecen vínculos afectivos. Esta sobreexposición a las pantallas, afirman los expertos, podría ocasionar en consecuencia problemas de aprendizaje, concentración, socialización y empatía en el futuro próximo, además de los problemas físicos que ocasionan cada día más enfermedades.
Fuente: En Segundos