14 mayo 2013

Pequeño comerciante de Villa Consuelo nos cuenta ¿Cómo es la vida después de ganarse la lotería?

Un pequeño comerciante de Villa Consuelo, ganador de RD$45 millones, contó a ingresostest cómo el asedio de la gente ha sido uno de sus viacrucis.

Villa Consuelo.- Eran 11 años los que "Carlos Guzmán" tenía jugando la lotería. Toda su vida sabía lo que era vivir en escasez. Un día compró una jugada de RD$60. Fue entonces cuando la noche de un sábado de septiembre del año 2009, sentado frente al televisor, fue cotejando los números que se cantaban en el sorteo. Los acertó todos.

Pasada la parafernalia de la emoción de saberse ganador de RD$45 millones (RD$37 millones luego del descuento de 15% de impuestos), calmó sus nervios, y decidió saber quiénes eran los amigos que merecían un porcentaje.

Se inventó una emergencia. "Puse a prueba como a cuatro o cinco personas, gente mía, más cercana, para ver quién me daba la cara y quién no, y aquellas personas que me dieron la cara los recompensé con lo que me saqué, los puse en una agenda y a cada uno lo marqué con una cantidad específica". Fue así como llegó a repartir RD$12 millones entre amistades y familiares.

En el barrio le pusieron el mote de "El Millonario". Durante tres años Guzmán se acompañaba de guardaespaldas, inclusive se alejó de su familia para que asimilaran el proceso der ser "rico".

"La gente se inventaba los problemas para venir a pedirme dinero, hasta para una muela que se iban a sacar tenían que venir (a su negocio). Vivimos en un sector donde hay mucha gente pobre, donde hay mucha gente habilidosa, y a sabiendas de que ya uno tenía par de pesos en la mano, todo compromiso que se daba en la zona de problema de gente había un punto de referencia que era aquí: tírate donde 'Guzmán', ve a donde 'Guzmán' que él te resuelve", recuerda.

Con el tiempo se ha ido reduciendo el hostigamiento. "Muchos se sentían mal, pero ellos van entendiendo con el tiempo cómo es que son las cosas, por lo ajeno no se pelea, y esto yo me lo saqué no fue para darlo, fue para resolver mi problema, el mío y el de mi familia", enfatiza.

Como dueño de un negocio durante 12 años, decidió invertir el premio más que disfrutarlo. "Tanto dinero uno lo ve mucho y con el tiempo lo ve poco. Terminé de pagar este edificio (donde está su negocio), compré una casa (en un sector de clase media), compré una yipeta del año y me di el lujo de montarme por primera vez en un vehículo nuevo, y puse mucha gente cómoda. Cogí tres préstamos y he pagado dos. Todavía me queda una deuda, pago un billete todos los meses y lo que me queda de ese dinero se lo reparto a los muchachos míos", cuenta Guzmán.

Hoy, a sus 49 años, sigue jugando la lotería. Durante los casi cuatro años que han pasado desde que se ganó los millones, ha pegado entre dos y cinco números y se ha alzado con un premio superior a los RD$100 mil y otro de RD$80 mil. "Yo no creía en eso (la lotería) hasta que me la saqué", dice.

No se considera adicto al juego, pero por agradecimiento a la empresa que maneja el sorteo que ganó, afirma que seguirá jugando de por vida "porque me nace".

En medio de todo, asegura que el dinero no le ha dado la felicidad, pues para él la felicidad la da Dios.

A quienes juegan la lotería, les recomienda: "Mantengan la fe, que Dios a cada uno le tiene lo suyo. Y aquellas personas que se saquen la loto que le pidan a Dios que los humos no se le suban a la cabeza, porque la gente cambia en un 99%". 


Fuente: ingresostest.blogspot.com