El 2 de junio se instauró como el Día Internacional de la Trabajadora Sexual, porque en 1975 unas 150 mujeres trabajadoras sexuales irrumpieron la Iglesia de St. Nizier en Lyón, Francia para protestar contra el abuso, violencia y asesinatos que sufrían diariamente.
Las trabajadoras sexuales realizaron una revuelta social que generó el apoyo del pueblo de Lyón. La huelga se extendió a otras ciudades francesas como Paris, Marsella, Montpellier y Grenoble.
La violencia y la discriminación hacia las trabajadoras sexuales en el mundo siguen siendo una constante que afecta su calidad de vida y obstaculiza la prevención de la transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).