10 agosto 2013

El Taser, el arma "no letal" que a veces mata

La muerte del colombiano Israel Hernández de 18 años, después de recibir un disparo con un arma de electrochoques -o Taser- de parte de la policía de Miami Beach, calienta el debate sobre el uso de este tipo de armas en Estados Unidos.

Mientras la familia del joven pide una investigación sobre los hechos que condujeron a su muerte, el jefe de la policía de Miami Beach, Raymond Martínez, realizó unas declaraciones en las que justificó la decisión de sus agentes de usar el Taser sobre Hernández.

"Los oficiales se vieron obligados a usar el Taser para evitar un incidente físico", dijo Martínez.
Usos y beneficios de los Tasers

Los Tasers son dispositivos de descargas eléctricas fabricados por una empresa llamada Tasers International que son considerados y promocionados como armas no letales, cuyo objetivo es "ayudar a los oficiales a doblegar a quienes consideren sospechosos".

Durante la última década su uso se ha popularizado notoriamente, especialmente entre los agentes del orden, convirtiéndose en un elemento de uso frecuente en la policía y el ejército.

Según estadísticas publicadas en la página de Tasers International, "cada día se usa un taser 904 veces, salvando una vida de una muerte potencial o una lesión severa cada 30 minutos".

La otra cara de la moneda: los muertos

En un informe presentado en 2012, Amnistía Internacional (AI) aseguró que entre 2001 y 2012 al menos 500 personas en EE.UU. murieron después de recibir una descarga con un Taser.

"De las cientos de personas que han perdido la vida en Estados Unidos tras el uso por la policía de armas Taser, se puede concluir que en decenas, y posiblemente veintenas de casos, se hizo un uso indebido de la fuerza", acotó en una declaración Susan Lee, directora del Programa Regional para América de Amnistía Internacional, al momento de presentar el informe.

¿Pero cómo es posible que un arma no letal deje tantas personas muertas y que además su uso no esté regulado?

BBC Mundo habló con Douglas P. Zipes, cardiólogo e investigador de la Universidad de Salud de Indiana, quien publicó un estudio que contrasta con las bondades que ven en los Tasers las autoridades y sus fabricantes.

"Como lo digo en mi artículo, no hay duda de que un Taser puede producir una muerte repentina. Eso es absolutamente claro", le dijo Zipes a BBC Mundo.