04 junio 2013

Duarte con París entre el caos y el hacinamiento diario, sin solución

El caos, bullicio, contaminación y el sorprendente desorden en la concurrida intersección conformada por las avenidas Duarte y París va en aumento. La presencia de “descuidistas” y la ocupación de las calzadas se han vuelto característico, lo cual origina una verdadera anarquía que dificulta el libre tránsito vehicular y de peatones.

La esquina formada por dos importantes vías, es una de las distribuidoras de tránsito más importante del Distrito Nacional, debido a la gran cantidad de tiendas y centros comerciales que operan en la zona.

Las aceras no alcanzan para el extenso volumen de mercancías que se exhiben y venden al pregón, y parte de las calles han sido ocupadas, pulgada a pulgada, generando problemas adicionales de taponamientos y ruidos ensordecedores en el caótico tráfico de vehículos.

El boulevard París está ocupado por completo, tanto por detallistas haitianos, como dominicanos. Los mercaderes de ropa y zapatos usados, con enormes mesones, irrumpen por todas partes, en tanto que el viandante debe tirarse a la calle para avanzar.

Las ofertas a todo pulmón o con megáfonos, el sonido de bocinas, los improperios de cobradores y el tropel de caminantes que intentan cruzar a la vez que los autos, en las dos direcciones, convierte en un desbarajuste la intersección de la principal arteria comercial del país.

En lo que parece una guerra a muerte por captar clientes, vendedores de los más diversos artículos, propietarios de tiendas, terminales de autobuses se disputan las aceras, contenes y en ocasiones más de un carril de las calles José Martí, Doctor Betances, Ana Valverde, Juana Saltitopa, Manuela Diez, Caracas y Barahona.

A esto se suma la insalubridad existente. Cocinas estacionarias están ubicadas encima de cloacas que expanden un hedor permanente. En medio de este cuadro, productos alimenticios son vendidos al descubierto, sin ningún tipo de protección, arriesgando a los consumidores a ingerir alimentos contaminados por los insectos que revuelan atraídos por las grasas.

Michael Sánchez, vendedor de frutas, explicó que desde un tubo roto hace tres años por el Ministerio de Obras Públicas emana materia fecal y en ocasiones han tenido que irse del sitio. Han llevado las quejas a las autoridades competentes; pero, estos han hecho caso omiso.

Para el vendedor de vegetales, Pedro López, la basura y aguas negras es el común denominador en esta zona. Afirmó que ese escenario provoca pestilencia que causa molestias a mercaderes, choferes, pasajeros y peatones.

Mientras que pequeños comerciantes ven con preocupación la situación y consideran que es necesario que las autoridades municipales rediseñen algún proyecto que permita reubicar a los buhoneros.

Las posibles soluciones parecen cada día más lejos, ya que los proyectos del Ayuntamiento del Distrito Nacional no plantean soluciones definitivas.

En 1994, el cabildo, con el extinto doctor Peña Gómez como síndico, construyó la Plaza del Buhonero en la avenida San Martín, que no solucionó el problema. Sin embargo, y a pesar de los inconvenientes que esto representa para los clientes, la realidad es que de este desorden viven miles de personas, quienes ante la falta de empleos recurren a la informalidad para ganar el sustento de la familia.

De acuerdo a los comerciantes formales de la zona, la falta de voluntad política y negligencia del Ayuntamiento provoca que sean ellos los más afectados por el caos.

La Duarte y París está ubicada en el mismo corazón de la ciudad capital, principal centro histórico de negocios, donde confluyen los barrios más antiguos y peligrosos de la parte alta, como Villa Francisca, Villa Consuelo, Villa María, San Carlos y Don Bosco, próximos a los arcaicos Borojol, Pajarito y San Lázaro.


Fuente: http://dominicanoshoy.com/