Nueva York. Hillary Clinton escribió una página de la historia al reivindicar la nominación presidencial del partido Demócrata, un hito para las mujeres de Estados Unidos, al que el presidente Barack Obama rindió homenaje.
“Gracias a ustedes hemos alcanzado un hito. Por primera vez en la historia de nuestra nación una mujer será la candidata de un partido importante”, dijo Clinton ante una multitud de extáticos seguidores en su feudo en Nueva York.
Clinton ofreció una rama de olivo a su rival en la justa demócrata Bernie Sanders, quien no obstante no ha dado señales de querer abandonar la carrera.
“Quiero felicitar al senador Sanders por su extraordinaria campaña”, dijo la candidata, deseosa de congregar a su bando camino a los comicios de noviembre los entusiastas jóvenes que lo siguen.
“Su campaña, su vigoroso debate a favor del aumento de los ingresos, la reducción de la desigualdad y una movilidad en ascenso han hecho mucho bien al partido Demócrata y a Estados Unidos”, indicó.
“Pero mientras miramos hacia adelante, recordemos todo lo que nos une”, agregó.
El presidente Obama, que hasta ahora se había mantenido a raya de la disputa interna demócrata, llamó por teléfono a ambos candidatos.
Obama “felicitó” a Clinton por haber “asegurado” la investidura, que logró con una “campaña histórica”, y “agradeció” a Sanders por haber “energizado a millones de estadounidenses” con su mensaje de lucha contra la “de desigualdad económica y los grupos de interés en la política”.
A pedido del senador, los dos hombres se reunirán el jueves en la Casa Blanca, según una nota de la Casa Blanca.
Municiones contra Trump
El triunfo de Clinton se dio con la banda sonora de miles de sus seguidores que gritaban su nombre, divididos entre el alivio, la emoción y la alegría.
“Si los estadounidenses no la eligen será una vergüenza”, dijo casi entre lágrimas la obstetra Ellen Landsberger, ataviada con una camiseta con la inscripción “El lugar de una mujer es en la Casa Blanca”.
Clinton, de 68 años, dedicó parte de su discurso a su próximo contrincante, el virtual candidato republicano, el magnate neoyorquino Donald Trump.
“Está claro que Donald Trump no cree que unidos somos más fuertes (…). Quiere ganar atizando miedo y restregando sal en las heridas. Y recordándonos diariamente lo grande que es”, dijo con un risa burlona.
Exprimera dama, exsenadora y exjefa de la diplomacia estadounidense, Clinton marcó su reivindicación, exactamente ocho años después de ceder la nominación presidencial al entonces senador Barack Obama.
La candidata ganó en Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur, tres de los seis estados con primarias este martes. En California esperaba arrancar una victoria simbólica que desaliente a Sanders de continuar en la carrera, como ha prometido hacer hasta la convención, a finales de julio.
Sanders se adjudicó el triunfo en Dakota del Norte.
Trump había atacado preventivamente a Clinton en un discurso en uno de sus campos de golf cerca de Nueva York, anunciando la campaña de destrucción personal que aspira lanzar contra la candidata demócrata, lo que incluye a su marido, el expresidente Bill Clinton (1993-2001).
“Los Clinton han convertido el enriquecimiento personal en un arte”, afirmó, citando los financiamientos de la Fundación Clinton.
Extraño a su estilo, el magnate inmobiliario leyó su discurso desde un teleprompter, una práctica que él mismo ha denostado con sorna en el pasado, pero que denota una intención de poner orden a su campaña, tras una semana de polémicas en el campo republicano.
Cuando arremetió a un juez por sus orígenes mexicanos, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, criticó el “comentario racista” del magnate.
Presión contra Sanders
Clinton había cruzado el lunes el umbral de delegados necesarios (2.383) para garantizar la nominación durante la convención demócrata, del 25 al 28 de julio en Filadelfia.
Sanders ha hecho caso omiso a ese mensaje y espera ganar California para justificar su permanencia en la carrera. El senador ofrecerá declaraciones a las 05H00 GMT del miércoles en Santa Mónica.
Pero internamente la presión se incrementa.
“Bernie sabe mejor que nadie lo que está en juego en esta elección y que ahora debemos unirnos”, dijo a ABC la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
“Basta de Sanders, hablemos de Hillary Clinton”, acuñó la senadora de California Barbara Boxer.
Obama también luce impaciente con la disputa interna. Es un secreto a voces en Washington que piensa respaldar a Clinton y ese momento está a horas de distancia.
Fuente: EnSegundos