09 marzo 2016

9 de Marzo: Se celebra El Día del Natalicio de Francisco del Rosario Sánchez

Es motivo de celebración el 199 aniversario del natalicio de un dominicano que no se ha valorado en su justa dimensión la entrega a la causa independentista.


Francisco del Rosario Sánchez es uno de los grandes próceres republicanos de la historia dominicana. Héroe del 27 de febrero de 1844, hombre de acción y, como Duarte, Mella, y otros, representa la expresión auténtica de dominicanidad y vocación patriótica, republicana y revolucionaria. Su vida como hombre público fue honesta, incorruptible e inmaculada y fue marcada por su comportamiento valiente, temerario e ingenuo.

Nació en Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, durante los últimos años del período colonial conocido como la “España Boba”. Fue el primer hijo de la unión de Narciso Sánchez, y Olaya del Rosario.

Fue uno de los fundadores de la sociedad secreta “La Trinitaria” en 1838. Ausente del país, Juan Pablo Duarte, ideólogo principal de la independencia, Sánchez asume la dirección del movimiento independentista que había entrado en su última y más peligrosa etapa. Desde su escondite dirige con serena actitud los preparativos del proyecto. Preside las reuniones del grupo y amplía contactos con representantes del sector social más importante de la ciudad. Mella le presta efectiva y oportuna colaboración. Para los primeros días de enero de 1844, redacta Sánchez el Manifiesto de Independencia que será publicado con fecha del 16 de ese mes y, a petición de Mella, es enviado a Tomás Bobadilla para su corrección.

Investido de una notoria autoridad, comparece la noche del 27 a la puerta de El Conde y encabeza todas las actividades. En la madrugada del 28 sus manos juveniles (apenas tiene 27 años), izan la bandera nacional al amparo del lema de ¡Dios, Patria y Libertad! En ese momento inmortal quedó fundada la República Dominicana.

Murió fusilado el 4 de julio de 1861 a las cuatro de la tarde, en el cementerio de San Juan de la Maguana. Fundador y prócer dos veces de la República, con la entrega de su vida en el martirologio de San Juan, entró en la inmortalidad como ejemplo inigualable de nuestra historia.