Medio Ambiente busca regular el manejo de desechos, chatarras y neumáticos, mediante la aplicación de un reglamento que establece sanciones para personas físicas y empresas que no lo cumplan.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales lanzó ayer un reglamento que establece sanciones para el mal manejo de desechos, chatarras y neumáticos.
Al presentar el documento, en la sede de la institución gubernamental, Lourdes Geranio, titular de la Dirección de Investigaciones y Normas Ambientales del ministerio, dijo que el mismo tiene como finalidad prevenir la contaminación de los ecosistemas, la degradación, alteración y destrucción del patrimonio natural del país.
Especificó que serán pasivos de recibir sanciones administrativas, que van desde la suspensión de los permisos para el manejo de chatarras hasta pago de multas por la mala manipulación y transporte de ese tipo de desechos personas físicas o morales.
No obstante afirmó que el principal objetivo del reglamento es que se tome conciencia de los problemas ambientales que causa la falta de precaución en el manejo inadecuado de desechos, chatarras y neumáticos.
Informó que la normativa esta sustentada en la Ley General sobre medio Ambiente y Recursos Naturales (64-00), que dentro de sus funciones le corresponde la prevención, regulación y control de cualquiera de las causas o actividades que dañen el medio ambiente.
Señaló que para la aplicación de las normas cuentan con el apoyo de las autoridades de Salud Pública y la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), las cuales trabajarán de forma coordinada.
Medidas
Una de las principales medidas que fueron anunciadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales fue “una estricta vigilancia en el manejo y transporte de los desechos de chatarras y baterías, haciendo énfasis en que éstos deben hacerse de forma organizada, debidamente colocadas en sus contenedores y cajas, con sus respectivas lonas”, indica la entidad.
En torno al manejo de metales, se busca establecer un registro para el personal ligado a esa tarea; un programa de manejo de plagas para evitar la propagación de vectores que generen enfermedades, y al igual que las baterías la utilización de lonas para el transporte de los mismos.
Otra de las prácticas que se busca evitar es la recolección y almacenamiento de chatarras de las cuales se desconozca su procedencia para evitar que las mismas sean materiales radioactivos.
Además, se prohíbe el corte y transformación de artefactos eléctricos que puedan contener Bifenilos Policlorados (PCB) que puedan ocasionar vapores de este químico altamente cancerígeno.
También se dispone la prohibición de la quema de neumáticos a cielo abierto, el lanzamiento de los mismo en vertederos no autorizados, cauces y cursos de agua, así como en terrenos baldíos.
Al ser consultados sobre la posibilidad de la aplicación de controles por parte de las autoridades, personas que se dedican a la comercialización de metales y baterías usadas se mostraron de acuerdo en que esa actividad pueda ser regulada.
En Villa Consuelo
Luis Paula, quien se dedica a la compra y venta de metales en el sector de Villa Consuelo, Distrito Nacional, dijo: “Nosotros no violamos ninguna ley comprando hierros viejos y vendiéndolos, porque eso no afecta a nadie, al menos eso creo yo” manifestó.
Sin embargo se mostró de acuerdo en que si incurre en alguna falta asumir las medidas que les sean recomendadas.
Afirma que el único temor que pudiera tener es que le quiten el negocio, con el cual sustenta a su familia.
De su lado, Willy Antonio Rosario, quien también se dedica a la compra y venta de metales en Villa Consuelo, al ser consultado al respecto expresó que “las reglas siempre son buenas y yo las cumpliría sin ningún problema, si no es para afectarme” indicó.
Mientras que residentes en esa zona, donde opera el mayor centro de compra y venta del gran Santo Domingo manifiestan no estar conscientes del daño a la salud y al medio ambiente que causa la acumulación de chatarras que se observa en muchas de las calles del sector.
Afirman que desde hace alrededor de una década han visto que proliferan comercios de compra y venta de chatarras, pero no tienen certeza de que hayan sufrido afecciones por convivir en ese ambiente.
Expresan que si supieran que esa situación les afecta de algún modo apoyarían que las autoridades limiten el accionar de esos negocios.
Por Ramón Rodríguez