BBC MUNDO.- Tanto las claras como las yemas de los huevos son ricas en nutrientes. Además, es un ingrediente versátil e importante en la cocina, pues su constitución química actúa como el pegante en varias recetas.
Desde la domesticación del pollo, la gente ha disfrutado de alimentarse con los huevos. Durante mucho tiempo ha sido un símbolo de fertilidad y renacimiento, y como tal ha conquistado un lugar en la historia religiosa y culinaria. En el cristianismo, por ejemplo, un huevo decorado es sinónimo de la Pascua.
Ventajas nutricionales
Los huevos son una buena fuente de proteína barata y de alta calidad. Más de la mitad de la proteína de un huevo se encuentra en la clara, junto con la vitamina B2 y niveles más bajos de grasa y colesterol que la yema. Las claras son ricas fuentes de selenio, vitamina D, B6, B12 y minerales como el zinc, hierro y cobre.
Las yemas de los huevos contienen más calorías y grasa. Son la fuente del colesterol, vitaminas A, D, E y K solubles en grasa y lecitina, el compuesto que hace posible que se emulsionen salsas como la holandesa o la mayonesa.
Algunos tipos de huevos hoy en día contienen ácidos grasos omega-3, según lo que se haya usado para alimentar a las gallinas. Los huevos son considerados como una fuente “completa” de proteína pues contienen todos los ocho ácidos grasos esenciales, es decir, los que no podemos sintetizar en nuestro cuerpo y debemos obtener a través de la dieta.