Son máquinas impactantes, que erizan la piel, aceleran el pulso y desatan la fantasía del público aficionado.
Desafortunadamente para ellos, tendrán que quedar con sus fantasías pues muchos de estos vehículos son lo que llaman autos conceptuales: diseños únicos que nunca rodarán por una línea de producción ni se pondrán a la venta. Muchos de éstos autos ni siquiera funcionan.
¿Para qué sirven, entonces?
Acaparar titulares
"Es un negocio muy competitivo, así que se tiene que tener un muy buen concepto, que llame la atención, que genere titulares de prensa", dice el editor del sitio especializado JustAuto.com, David Leggett.
En la feria automotriz de París, el stand de la empresa Infiniti está poniendo esa teoría en práctica.
La marca japonesa ha traído su auto conceptual Q80. El interior es esbelto, aerodinámico y elegante, reservando la opulencia para el interior.
De acuerdo a su diseñador, Alfonso Albaisa, el estilo es la clave de su atractivo.
"Es la silueta. Tiene un techo largo y fluido que se va angostando hasta terminar en un punto", explica. "Proyecta un sentido romántico clásico, pero pienso que su ejecución es bastante moderna".