27 septiembre 2013

¿Realmente crujirse o tronarse los dedos da artritis?


Hay quienes se sacan las yucas, conejos o tabas estirándose la punta de cada dedo hasta que crujen. Otros se truenan o suenan los nudillos doblándose los dedos hacia atrás y haciendo que todos crujan juntos.

Con cualquier método, el sonido se produce de la misma manera: el espacio entre las articulaciones se agranda y hace que los gases disueltos en el líquido sinovial -que baña a la articulación- formen burbujas microscópicas. Esas burbujas se unen para formar unas más grandes que se estallan cuando entra más fluido en el espacio abierto.

Una vez los nudillos crujen, no se puede repetir hasta que pasen unos 15 minutos. Eso le da a la articulación tiempo de volver a su tamaño normal y de que más gases se disuelvan en el líquido.

Para algunos es un hábito nervioso; para otros, una sensación que trae alivio. Según la investigación que se lea, entre el 25% (1) y el 54% (2) de la gente lo hace; y los hombres, más que las mujeres (3).

Si usted es de los que tiene la costumbre de hacerlo a pesar de las muecas de dolor de quienes están a su alrededor, probablemente le habrán dicho que crujirse los dedos causa artritis.

Si se aborda desde el punto de vista de la ingeniería, hacer crujir los dedos repetidamente durante muchas décadas podría -en teoría- dañar el cartílago que cubre a la articulación.

Se han hecho comparaciones con el desgaste mecánico que se acumula a lo largo del tiempo en los propulsores de los barcos, pero la evidencia de que lo mismo le pase a las manos de la gente no es sólida. (4)