¡Sé alegre y optimista!
Cuando te dirijas a tu trabajo, hazlo dichoso. El trabajo que haces es digno de tu persona.
Aunque sea pequeña en apariencia, es de mucha responsabilidad para ti y para el mundo.
Nunca te olvides de agradecer a Dios el trabajo que te proporciona el pan de cada día.
Llega a tu sitio de trabajo con el corazón contento, y tu trabajo se te conviertirá en pasatiempo y estímulo, fuente de alegrías desbordantes y de felicidad inmensa.
Aunque sea pequeña en apariencia, es de mucha responsabilidad para ti y para el mundo.
Nunca te olvides de agradecer a Dios el trabajo que te proporciona el pan de cada día.
Llega a tu sitio de trabajo con el corazón contento, y tu trabajo se te conviertirá en pasatiempo y estímulo, fuente de alegrías desbordantes y de felicidad inmensa.
Por: C. Torres Patorino