¡Qué Transformers ni qué ocho cuartos! Tú le ganas a “Munra, el inmortal” e inclusive a la mala hierba, que las malas lenguas dicen que “nunca muere”… No es que tengas siete vidas, como dicen que tiene el gato, sino que Dios te ha creado para ser indestructible.
Puede que estés atravesando por los momentos más grises de tu vida o puede que sientas que te estás quemando en vida… pero hoy tengo una buena noticia para ti: Dios no te dejará morir hasta que no haya cumplido su propósito en ti, es decir que “eres indestructible” y no lo digo yo sino Dios mismo en Isaías 43:2 (NVI) “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.”
Un día, mientras cruzaba la Av. Brasil tuve una caída… Sí, fue en medio de la vía cuando pasaban los ómnibus y las kombys pero nada me pasó… Mi hermana Ale y mi amiga Sheyla fueron testigos de un asalto y estuvieron en medio de una balacera y esquivaron ¡todas balas! Cuando nos lo contaban, nos las imaginábamos como Trinity o Neo en “The Matrix”…. Ni a Alexandra ni a Sheyla les rozó ninguna bala…. ¿Casualidad? ¡No! ¿Cuántas veces estuviste en peligro o viste la muerte a un pelo de distancia? Una, dos… La verdad, eso no importa… pues nada te pasó… Es que no era tu tiempo… Nada te pasará hasta que Dios no cumpla su propósito en ti… ¿Cuántas promesas te ha dado Dios? ¿Ya se han cumplido? ¿Te estás dando cuenta lo indestructible que eres? Dios te protege de una manera asombrosa.
Esta semana tuve la bendición de presenciar un súper concierto con el grupo Kyosko, en Argentina, y me encantó una canción que se titula Inmortalidad. “Tu amor es inmortalidad” ¡Qué gran verdad! Jesús nos amó en la Cruz del Calvario… La muerte quería vencerlo pero Él pudo más pues a pesar de ser crucificado, muerto y sepultado… resucitó y le ganó a todo y a todos por goleada. Así que, tu hermano mayor Jesús está de tu lado, como el más grande e indestructible… nada ni nadie puede contra Él.
¿A ti, quién te detiene? Me dirás quizá: “Es que tú no sabes por lo que estoy pasando. No tengo trabajo, las deudas me aplastan, estoy desesperado, me siento morir cada vez que algo me sale mal…”
Déjame compartirte esto: “Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestro cuerpo que muere. Así que vivimos de cara a la muerte, pero esto ha dado como resultado la vida eterna para ustedes.”2 Corintios 4:8-12 NTV
¿Habrá algo que pueda hacerte daño? Ningún poder maligno, manzana envenenada, jefe rabioso o lío familiar puede dañarte… ¡No, mi querido amigo! Dios tiene un plan con tu vida, por eso hasta ahora no te haz muerto… todos tus planes frustrados de suicidio son por una razón específica… DIOS NO HA TERMINADO CONTIGO y no te vas a morir hasta que Él haga concluya la razón por el que te trajo a este mundo… Las situaciones que haz vivido hasta el momento son “manotazos de ahogado o cosquillas del diablo”. Son dificultades que le ponen sazón a tu vida… Son excusas para que ores más… porque eres indestructible… Estás hecho de hierro celestial, así que recuerda que eres indestructible… lo eres. ¡No lo dudes!
Cada día Dios asigna ángeles, a tu vida, que te cuidan. Son el 911 Celestial. No hay criptonita contra los cristianos que te bajen las fuerzas. Así que, ánimo… pues cuando pases por el fuego, no te vas a quemar ya que tienes vida eterna de regalo y, sobre todo, tienes un propósito por cumplir.
¿Qué dices?¿Aceptas el desafío de vivir como indestructible cada día? No hay pierde pues yaa sabes que vas a ganador…
Toma un tiempo y cuéntame de tus luchas, pensamientos o acerca de las veces que viste el fin cerca de ti. Sí, cuéntame de las veces que estuviste en peligro pero milagrosamente… ¡nada paso! Sobre todo, cuéntame cómo Dios te ha librado de una manera sorprendente…
Gracias a Randholf Andujar
